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Manuel Valencia 

Han pasado 50 años desde que los primeros tramos de la circunvalación Américo Vespucio comenzaron a ser transitados. A fines del año 1962 tal vez pocos imaginaban que ese límite externo que circunscribía a Santiago en toda su extensión urbana, se transformaría en una extensa autopista contenida dentro de la misma ciudad, que acabó por desbordarla.

Pero pese al crecimiento, a la escasez de suelo urbano y a los dinámicos desarrollos inmobiliarios en los “extramuros” de la autopista, aún no logra consolidar su impacto en el entorno más inmediato que la flanquea.

Una radiografía realizada por la consultora AGS Visión Inmobiliaria, que abarcó los 64,7 km a lo largo de las 20 comunas que atraviesa, arrojó que apenas en un 7% de las 6.400 hectáreas de terreno inmediato que recorre (cinco cuadras a la redonda) se ha logrado levantar proyectos habitacionales densos que aprovechen en toda su magnitud la inversión pública.

“Está subutilizada y eso tiene que ver con la normativa de las zonas colindantes. En Pudahuel y Maipú, al poniente de Vespucio, el suelo tiene norma agrícola, lo que es bastante insólito. En otros sectores, dadas las soluciones de construcción que se dieron, se afectó la vocación residencial del entorno y las familias fueron expulsadas o se fueron por el ruido y la falta de conectividad”, explica Esteban González, director de estudios de AGS.

Este déficit se refleja, según el análisis, en la proporción que guarda el uso de suelo de los entornos. Mayoritariamente, se trata de terrenos residenciales de baja altura (49%), agrícolas y eriazos (17%), industriales (15%) -de los cuales solo se ha consolidado la mitad- y, en una menor proporción, comerciales (7%) y de uso residencial denso (7%).

Según Eduardo Martínez, jefe de estudios de AGS, esta situación debiese mejorar con la promulgación del Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS) -aún no visado por Contraloría- que convierte a suelo residencial buena parte de los terrenos agrícolas.

El subsecretario de Vivienda y Urbanismo, Francisco Irarrázaval, afirma que vías expresas, como Américo Vespucio, son las que contempla abordar el proyecto de ley de densificación que envió el Gobierno para fomentar la construcción de conjuntos de vivienda mixtos (económicas y de clase media) en el entorno de autopistas urbanas.

“Esto sigue una tendencia de los países más desarrollados, que regulan y cautelan el buen uso de la infraestructura de transportes. Cuando esté vigente la ley, lo que buscamos es premiar las construcciones que usen estos espacios con mayor constructibilidad. Con eso se logra fomentar la integración social y mejorar la accesibilidad de las familias a la ciudad”, indica.

Según los autores del estudio, si logran consolidarse los terrenos vecinos a Américo Vespucio, el paso siguiente es la mejora del estándar urbano en tramos como el de Vespucio Sur, donde se generó una zanja que dividió en dos la zona. “El estándar de Vespucio Oriente, que irá en trinchera, con parques que beneficiarán al entorno, ayudará a pensar en una mejora integral de la autopista”, señala Martínez.

CONTRASTES
En Vespucio Sur se invirtieron 34 UF por habitante del entorno. En cambio, en Vespucio Oriente se desembolsarán 258 UF por persona, 7,5 veces más.