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AMALIA TORRES 

Bandadas de piuquenes viajan a Lampa y Batuco en esta época. Debido a su canto melancólico, esta ave fue bautizada como viudita. Foto de Raúl Demangel.

Santiago cambia su banda sonora en invierno. Desde las zonas arboladas se escapa la música de picaflores, viuditas o el canto del rayadito. “Estas aves se escuchan en la zona central casi exclusivamente en invierno. Y cuando llegan, otras, como el fío fío, se van más al norte”, dice Eduardo Pavez, vicepresidente de AvesChile.

“El picaflor, por ejemplo, llega en esta época a comer de las flores del eucaliptus, del quintral y del abutilón. Otras aves llegan buscando insectos”.

El picaflor viaja desde el sur de Chile, al igual que el cometocino patagónico. Pero hay otros que vuelan desde la cordillera, que en esta época está cubierta de nieve. “Las dormilonas, el jilguero o el minero cordillerano bajan en invierno, y detrás de ellos vienen predadores más grandes, como halcones peregrinos y aguiluchos”, explica Pavez.

Aunque existen algunos halcones que “residen” en Santiago, hay otros que solo se ven en invierno. “Yo he visto en Colón, en la rotonda Pérez Zujovic, en la Torre Telefónica, y acá, en Providencia, frente a mi ventana, hay algunos que pasan volando”.

El minero cordillerano pueden verse en La Dehesa y la zona alta de Las Condes, mientras que los parques Padre Hurtado y Mahuida son zonas de dormilonas.

“La viudita se ve en el San Cristóbal y el rayadito a los pies del Manquehue, en el sector de Agua del Palo”, aclara Pavez.

En el centro de la capital también pueden avistarse algunos ejemplares. “El jilguero es como un canario que anda en bandada. Frente a la ventana de mi oficina, en Estación Central, estoy viendo uno en este momento”, dice Ignacio Azócar, de la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile (ROC).

En la misma zona se ha encontrado con bandurillas, “una especie rara, parecida al zorzal, pero con el pico más largo y encorvado hacia abajo, que viene desde la Patagonia a pasar el invierno”.

Las bandadas de mirlos también son comunes. “Muchas aves se agrupan en esta época. Así, en invierno es posible ver, por ejemplo, bandadas de cerca de 400 jilgueros en la ciudad. En la época de reproducción, en cambio, las aves se separan”, explica Azócar.

Afirma que hay 35 especies de aves en esta época en Santiago que pueden verse sin ningún problema.

Por eso ROC, a través de su página web www.redobservadores.cl, organiza salidas a terreno. Mañana se hará un paseo para conocer las especies que habitan el San Cristóbal en esta época, y han hecho otras excursiones a los alrededores de Santiago.

“En la salida vimos como 260 piuquenes -un ganso chileno de más de 50 centímetros de largo- que llega a los potreros de Lampa a comer pasto. Esto transforma el lugar en una zona privilegiada”.

 Protegidos del frío

Los termómetros marcan las temperaturas más bajas del año, pero Eduardo Pavez dice que los pájaros ni se dan cuenta. “Ellos tienen un aislante natural espectacular que es la pluma, que guarda aire y forma una burbuja que impide la pérdida de calor”. Según afirma, la temperatura promedio de un ave es de 42º C.