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Los desarrolladores de grandes proyectos inmobiliarios al norte de Santiago reclaman que su proyectos no logran concretarse porque no disponen de infraestructura vial y servicios de transporte público como el Transantiago, y afirman que son discriminados respecto de aquellos en el sur de la capital, que disponen incluso de una línea de Metro. De allí -sostienen- que esa vasta zona que comprende Lampa, Chicureo y Colina, entre otros, y que posee terrenos disponibles, no se desarrolle a la velocidad debida.
En 2003, la Contraloría aprobó la expansión del plan regulador de Santiago a 11 comunas rurales, principalmente en la zona sur y norponiente de la ciudad, considerando su acelerado crecimiento (1.200 hectáreas al año). Los empresarios del sector se comprometieron a ejecutar Zonas de Desarrollo Urbano Condicionado (Zoduc), esto es, proyectos inmobiliarios que incluyen los servicios asociados (colegios, comisarías, comercio, etcétera). A cambio, el Estado se comprometía a construir la infraestructura vial y de transporte.
El Gobierno responde que está planeando un Metrotrén a Batuco y que el Transantiago se extenderá al norte. También hay planes para un acceso norte al aeropuerto y una autopista entre Quilicura y Lampa, además de importantes mejoras en la Ruta 5 Norte. Falta aún mejorar la conectividad entre la Ruta 5 y la Ruta de los Libertadores. La conexión actual por Américo Vespucio Norte tiene sus accesos congestionados, y las demás conexiones son calles locales de bajo estándar.
En abono de la posición del Gobierno, cabe notar que la zona en cuestión tiene cuatro accesos importantes desde Santiago: por Piedra Roja, por el Radial Nororiente, por la autopista concesionada Los Libertadores a Los Andes y por la Ruta 5 Norte. Por otra parte, no es claro que los Zoduc en la zona hayan cumplido las condiciones exigidas, tales como mitigar el impacto sobre los barrios aledaños, incluyendo ampliar la vialidad, instalar comisarías (en esa extensa zona sólo hay una, además de una tenencia y un retén, ninguno de ellos cerca de los Zoduc de Chicureo o Chamisero, por ejemplo) y consultorios, desarrollar áreas con proyectos habitacionales para familias de bajos ingresos y disponer de servicios apropiados para ellas, tales como parques y comercio cercanos, y escuelas.
Según ciertas hipótesis políticas -difícilmente comprobables-, estas deficiencias de los Zoduc se deberían a que a algunas autoridades municipales les interesarían electoralmente más otros votantes que los habitantes de los Zoduc o sus áreas aledañas. En todo caso, si el Gobierno y los Zoduc cumplen los compromisos, esa zona crecerá rápidamente, como espacio natural de expansión para una ciudad hoy innecesariamente limitada en sus zonas urbanizables -lo que, como han advertido personeros del sector, incide en la constante alza de los precios inmobiliarios-.
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