En marzo, el motociclista sufrió un accidente que lo dejó tetrapléjico:
“El Mercurio” acompañó al piloto en su rehabilitación en Viña del Mar, donde viaja todos los días desde Santiago junto a su madre.
Rodrigo Realpe Varela
“A la cuenta de tres te detienes. Vamos ‘Nano’. Uno, dos, tres. Ahora. ¡Quieto! ¡Quieto, ‘Nano’!”.
En un tono elevado, el kinesiólogo Cristián Cuadra le pide a su paciente que no se mueva. El tronco de Fernando Demaria está suspendido sobre una hamaca, mientras que con sus brazos, apoyados en una colchoneta, el joven balancea su cuerpo.
Desde hace tres meses que este tipo de ejercicios son parte de la rutina diaria de ‘Nano’, siempre acompañado por su madre, Pilar Lüders. Juntos viajan todos los días desde su residencia en Chicureo hasta el instituto Luis Krebs, en Viña del Mar.
El domingo 25 de marzo, la vida del motociclista de 19 años cambió para siempre. Mientras competía en una fecha del Mundial de Enduro, en Talca, sufrió un grave accidente en el cerro La Virgen. “Me caí de cabeza de la moto y quedé inconsciente. Cuando desperté tenía todo encima, un amigo intentó sacarme el casco, pero le dije que no, porque sabía que me había quebrado el cuello. Cuando iba en el helicóptero, el paramédico me levantó el brazo, pero no pude sostenerlo. Fue ahí cuando supe que la cosa no venía bien”, relata.
“Para peor, justo esa tarde tembló, yo estaba en camilla y todos arrancaron, me dejaron solo. No pude tener más mala cuea “, sentencia. El diagnóstico fue duro: tetraplejia.
Fue el comienzo de una nueva vida. Atrás quedaban la medalla de oro lograda en el Mundial de Enduro en México, en 2010, y la participación en Finlandia en 2011. Hoy, alejado de su pasión, Fernando intenta ganarle una carrera al destino. Tras estar dos meses internado en distintas clínicas, en Viña encontró un nuevo aire.
“Hoy todo está enfocado en la rehabilitación. Después de un tiempo te acostumbras, y estamos en ese proceso. Ha sido un shock para toda la familia, no sólo para mí, pero estamos con la frente en alto. El apoyo de mis padres ha sido todo. Los amigos, la polola, los familiares y los auspiciadores también. Toda esa buena onda me sirve para manejar la frustración. Soy realista y no me ilusiono, pienso en el día a día, ir ganándome las cosas, no esperar nada, así me motivo y me hago más fuerte”, asegura.
Avances notorios
La jornada comienza a las 3:00 de la tarde. “Parece sala de torturas esta huevá “. Ríe. Y sigue: “Pero en el fondo es un lugar didáctico, no me aburro, como en la clínica”.
“La idea es volver a ser más o menos como antes y tener un grado de independencia que me permita desplazarme solo. Se trata de mejorar las habilidades”, señala.
El kinesiólogo Cuadra destaca sus progresos: “Al principio no lo podíamos dejar solo, porque su cuerpo se iba para todos lados. Hoy hemos mejorado el tronco y es capaz de mantenerse por sí mismo en la silla. Pero es un trabajo compartido, él tiene mentalidad de campeón, cuenta con una garra impresionante y con eso ya tenemos el 80 por ciento. Hoy está mucho más fuerte y hábil”.
Después del trabajo de bipedestación sobre barras paralelas, viene lo más entretenido para el piloto: 20 minutos de Nintendo Wii. “Jugar con la consola mejora el movimiento de muñeca, intento ser más preciso. Me gusta. He vuelto a jugar PlayStation. Puedo lavarme los dientes, comer o dar vuelta la página al leer”, afirma el ‘Nano’, mientras intenta noquear a un boxeador.
Sueños tuercas
“Quiero correr el Rally Mobil”, ambiciona. El primer paso es volver a manejar. “Estamos adaptando el auto para poder subir y bajarme solo, cuenta con cambio automático y el acelerador y el freno están integrados en una palanca, sólo hago el movimiento hacia adelante y hacia atrás”, relata Demaria.
“Quiero volver a hacer algo adrenalínico. Volver al mundo tuerca. Me gustaría correr el Rally Mobil como piloto, es un proyecto que espero que con el tiempo pueda cumplirse. ¿Y el navegante? Quizás mi viejo se anime, quien sabe”, agrega.
Su madre avala el sueño. “No creo que tenga complicaciones. Él es muy luchador, logrará lo que quiera”.
Son las 6:00 de la tarde y Fernando es llevado hasta la sala de terapia ocupacional, en donde una especialista lo ayuda a escribir. “Esto me sirve. En marzo retomaré la carrera de ingeniería comercial. Tuve que congelar, así que el próximo año iré con todo”. El piloto trabaja en su rehabilitación de lunes a viernes y descansa durante el fin de semana. “Estos ejercicios me dejan muerto. Aunque ahora último trato de salir y tener una vida más normal”.
Valentina es su polola desde 2011. “No puedo quedarme siempre acostado. Porque si no ella se aburriría, pero me entiende y se ha portado un siete. Los fines de semana trato de estar con ella, ir al cine, salir a comer, aunque igual es difícil por sus estudios”, cuenta mientras realiza unos trazos sobre el cuaderno.
Fin de la jornada. Llega la hora de despedirse y de volver a casa. El director del instituto, Francisco Vergara, lo acompaña en el ascensor. La madre lo mira y lo espera. “No ha sido fácil. Es cansador viajar todos los días, pero vale pena. Por él lo vale. Es un muchacho muy competidor, con una fuerza impresionante”, asegura.
Demaria se despide con una última reflexión. “¿Sabes qué? Con el tiempo te das cuenta que no es tanto lo que tengo. Valoras otras cosas y te llenas de esperanza, eso sirve para mejorar”.
“Cuando iba en el helicóptero, el paramédico me levantó el brazo, pero no pude sostenerlo. Fue ahí cuando supe que la cosa no venía bien”.
“En marzo retomaré la carrera de ingeniería comercial. Tuve que congelar, así que el próximo año iré con todo”.
Hola ..mi nombre es hugo..vivo en argentina y me gustaría comunicarme con Fernando, el padre y los médicos que lo atienen ..para informarle de la existencia de una medicina alternativa que si es acompañada de una estricta dieta aimenticia , podria mejorar su estado de salud físico y mental en 6 años.
COMUNICARSE AL TE 05411 4 710 2805 O AL 05411 156 095 2379.
HUGO ALBERTO CONZI
DNI 11 565 032
SANTA RITA 1536 SAN ISIDRO
BUENOS AIRES
COD 1636
ARGENTINA