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Martes, Abril 24, 2001
Tradicional e impecable Cuasimodo se vivió en Colina

El cuasimodo de Colina es el más tradicional de todos los que se celebran, de hecho, fotógrafos de Museo Histórico Nacional, hicieron todo el recorrido para captar cada momento de esta fiesta en nuestra comuna y fuimos motivo de noticia en varios medios de comunicación nacionales.

Por otra parte, la tradición comunal señala que nunca ha llovido un cuasimodo. "O antes o después- señalan los más antiguos en esto- pero nunca nos ha llovido durante el recorrido". Y por eso, esta vez bajo un cielo amenazante y un viento característico, la mayoría confiaba en que no habría problemas. Así fue: sin lluvia, sin accidentes de gravedad y sin cuasimodistas consumiendo alcohol como en otros años. Se pudo hablar un cuasimodo "impecable".

La caravana partió a las 8:00 horas desde la Parroquia Inmaculada Concepción de Colina. Allí se llamó al orden, a no recibir alcohol y a respetar esta actividad religiosa, que consiste en llevar a Cristo sacramentado, por medio de la comunión, hacia los enfermos que no están en condiciones de asistir a misa (lo que no implica que sean enfermos terminales como muchos creen) y que se vieron imposibilitados de participar en las actividades de semana santa.

La primera parada fue en la calle Fontt y la segunda en la Capilla Santa María, luego vinieron otras capillas, hogares de ancianos y casas particulares.

Aunque el trayecto fue largo y abarcó la Carretera General San Martín, calle Fontt, Peldehue, Esmeralda, el Camino El Cerro, La Reina, calle Aconcagua, calle Chacabuco, Pedro Aguirre Cerda, Santa Filomena, calle Labarca, San Alberto y San Miguel, no alcanzó a todos los enfermos y el diácono Francisco Carreño debió ir junto a algunos acólitos a los sectores que no estaban en el trazado original, por ejemplo el sector de La Copa. Según explicó el mismo diácono hay sectores en que los caminos son estrechos y los caballos no pueden pasar, o implican salirse demasiado del recorrido, entonces es mejor que se les haga otra visita.

Además en Colina se realizan cuasimodos chicos para llegar a sectores más alejados.Por ejemplo el próximo domingo, se dirigirán al sector de San José, Lo Pinto, Las Canteras y Los Ingleses.

Finalmente, el cuasimodo terminó con una misa en una medialuna para rodeos, donde el párroco Carlos Gutiérrez habló de la importancia de esta fiesta y el significado que debe tener para los católicos, pero dijo que sería breve "no sea que el señor se canse de mi prédica y nos mande la lluvia". Sabia decisión si se toma en cuenta que apenas terminó la misa empezó una fuerte lluvia que mandó a todos inmediatamente para sus casas e impidió que algunos cuasimodistas fueran a restaurantes a pasar la sed y el cansancio, para quedar en condiciones no muy decorosas, como ha ocurrido en otras ocasiones. En todo caso, hay que destacar lo que dijo un cuasimodista: "Ser cuasimodista es más que este puro día y los verdaderos saben comportarse, pero nunca faltan las 'pinturitas' que aparecen en esta pura fecha y desprestigian al resto con su comportamiento". El padre Carlos terminó muy contento con el comportamiento de sus acompañantes y destacó como otros años había "tenido que rezar un exorcismo en otros sectores al ver como les pasan alcohol a los cuasimodistas" y este año no había sido así.

En cuanto al ambiente vivido en la comuna, queda claro que se trata de una gran fiesta. La gente se agrupa en calles, que son decoradas por ellos mismos, y espera ansiosa el paso del santísimo. Los niños felices con tanto caballo y muchas personas esperando ver pasar a algún conocido o familiar. Los vendedores aprovechan de ofrecer todo tipo de productos, desde golosinas hasta pañoletas con la imagen de Jesús que decían "Se busca" y cintillos del jubileo. Una feria se instaló en la Avenida Concepción y al final de la tarde era raro ver a algún niño sin un juguete nuevo, por sencillo que este fuera.

Texto y Fotografías: Macarena Tarrasón