La primera imputación de un expresidente por un jurado investigador federal empujó al país a un momento sin precedentes y peligroso de su historia, en un contexto en el que la política ya ha provocado un distanciamiento interno.
Las instituciones jurídicas y políticas de Estados Unidos, destrozadas en repetidas ocasiones por el tumultuoso mandato de Trump, pueden enfrentarse ahora a su mayor prueba por parte de un expresidente que fue sometido a juicio político en dos ocasiones, intentó robar unas elecciones y ya se enfrenta a otro juicio penal el próximo mes de marzo.