Debemos comer sano. Es una evidencia que está fuera de toda duda. Pero el hecho de comer de una forma saludable debería ser algo que formara parte de nuestra vida sin esfuerzos y sin obsesiones. Y es que la obsesión por seguir una alimentación perfecta puede generar estrés, ansiedad y dificultades en las relaciones sociales y, lo que es todavía más grave, aumentar o desencadenar un trastorno de la conducta alimentaria.