La semana pasada marcó el inicio de las operaciones de Mammoth, que tiene como objetivo aspirar anualmente 36.000 toneladas de CO₂del aire para enterrarlas bajo tierra. La proximidad de la planta a un volcán activo podría parecer arriesgada, pero se debe a su ubicación estratégica cerca de la central de energía geotérmica de Hellisheidi, que proporciona la energía necesaria para alimentar los ventiladores y calentar los filtros químicos utilizados en el proceso de captura.
