«Con él éramos amigos», dijo Diego sobre la relación con su compañero de celda al que —según sus propias palabras— decidió «sacrificar» en medio de una especie de ritual satánico al interior de una cárcel en Concepción. Hoy la familia de la víctima quiere justicia y, mediante la presentación de una querella criminal, buscan acelerar el proceso penal. En su delirante relato de los hechos, Diego asegura haber recibido ayuda del «Joker y el Diablo» para cometer el crimen, lo cierto es que aquella madrugada él y su víctima estaban completamente solos al interior de la habitación.