Argentina ha sido atravesada, desde siempre y en toda su extensión, por la influencia de los flujos migratorios. Una singularidad responsable de marcas profundas en la cotidianidad de la vida y costumbres, en su identidad y en su recetario. La progresiva superposición histórica de capas identitarias, que finalmente se transforman en una vibrante amalgama sociocultural, tiene inevitables repercusiones en el modelo gastronómico local. Lo demuestra la
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‘ En Palermo, un restaurante bien argentino: para comer carnes, sorrentinos originales y hasta un librito criollo con manteca