El formato de la sagrada parrilla argentina sigue evolucionando, sumando adeptos y consensos. No es una avalancha arrolladora, que barre y esconde debajo de la alfombra todo el pasado, pero es evidente que se trata de un fenómeno concreto y visible. Una etapa inevitable (y bienvenida) que hay que observar con atención. Es la consecuencia de los “apetitos” emergentes de los exploradores del gusto locales y globales estimulados por el deseo permanente de tantear nuevos límites. Es la aspiración legítima de…
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‘ En Puerto Madero, una imponente parrilla con vista al río donde comer un ojo de bife jugoso y tierno