En el comedor poco iluminado de Caesar’s, justo al sur de la frontera entre Estados Unidos y México, Efraín Montoya, de pie junto a una mesa cubierta con un mantel blanco, mezclaba hojas enteras de lechuga romana con un aliño cremoso e intensamente picante, antes de cubrirlas con picatostes dorados y con ajo. Sobre el suelo a cuadros del comedor colgaba un gran retrato del hombre que da nombre a la ensalada y al restaurante: Césare Cardini. Césare Cardini, un inmigrante italiano, abrió el primer local de Caesar’s en Tijuana en 1926.