A Javier Milei le harían falta unos cuantos kilos de milanesas -o de entraña- para calmar los ánimos y mantener unida a su tropa y aliados. Su sostén es la pelea contra la inflación y las carencias, debilidades y deudas de una oposición que no encuentra -si es que hay- una manera de rearmarse. Por el contrario, tanto los propios como sus adversarios exhiben pública, sistemática y obscenamente deslealtades, traiciones, negociaciones burdas, peleas berretas y hasta amenazas vía chat que se viralizan en las redes…