“Pepe, diga”, expresa Don José Luis Rossi, de 71 años, al levantar el teléfono y rápidamente toma nota del pedido. “Como no. ¿Napo con ajo? Enseguida se la mandamos” y se acerca a la cocina a cantar la comanda. En tanto, relojea el salón, que está repleto de habitués, y se dirige a las mesas de la vereda, bajo los árboles de tipas. “Marche una grande de muzza, dos empanaditas de carne de entrada y la cervecita bien fría”, dice Rossi y saluda a otros parroquianos que conversan de fútbol…