Mendoza es un lugar familiar para Cristóbal. Su experiencia de vivir cinco años en la ciudad argentina, donde lideró el desarrollo de la bodega Kaikén desde sus inicios, junto al enólogo Aurelio Montes, ha dejado una marca significativa. El anhelo de volver algún día a dirigir un proyecto en Mendoza, liderando la elaboración de vinos de altura, lo acompañó durante las últimas dos décadas, siendo Doña Paula el lugar idóneo para materializar este sueño.