La ciudad de La Paz fue paralizada por segundo día consecutivo, por las movilizaciones violentas protagonizadas por los cooperativistas mineros que exigen atención del Gobierno a sus demandas, situación que generó perjuicios a las actividades que desarrollan la ciudadanía paceña. Además reprocharon el silencio de las autoridades y la pasividad de la Policía ante los destrozos causados por grupos privilegiados.