La increíble recuperación ecológica de una pequeña isla caribeña, que pasó de ser una roca desolada a un verde refugio de vida silvestre en tan sólo unos años, es un ejemplo para los ambientalistas de todo el mundo. En Redonda, que forma parte de la Mancomunidad de Antigua y Barbuda, se ha puesto en marcha un plan que ha permitido que especies casi desaparecidas vuelvan a este islote.