Joaquín Sperani salió de su casa el 29 de junio camino a la escuela en la ciudad de Laboulaye, provincia de Córdoba. Fue la última vez que su familia lo vio con vida. El cuerpo fue hallado cuatro días después en una casa abandonada. El adolescente de 14 años había sido asesinado. Pero la conmoción para la ciudad, de unos 20.000 habitantes, no terminaba allí. El Ministerio Público Fiscal de Córdoba informó que el principal sospechoso del crimen es otro menor.