La naturaleza es impredecible. Y así se ha demostrado con el retraso de La Niña, el fenómeno meteorológico que los científicos esperaban que se desarrolle a estas alturas del año, pero que cada vez se aleja más del rango de los pronósticos. …Es decir, es poco posible que el fenómeno se establezca en la primavera austral y quizás tampoco lo haga en el verano. Lo que queda del 2024 y los inicios de 2025 podrían continuar con la ausencia de La Niña y sin sus efectos sobre el clima.