Lai Ching-te ha iniciado su mandato presidencial en Taiwán con el compromiso de enfrentar problemas internos como los altos costos de vivienda y educación y los bajos salarios. En un contexto de tensión con China, que sigue reclamando soberanía sobre la isla y realizando ejercicios militares en la región, el mandatario ha enfatizado su intención de defender la autonomía taiwanesa. La gestión del nuevo Gobierno será clave para mantener la estabilidad en medio de un Parlamento dominado por la oposición.