Al menos dos instalaciones petroleras fueron impactadas por la ola de ataques lanzada desde territorio ucraniano contra ocho regiones rusas, incluida la capital Moscú. El Kremlin afirmó que logró repeler los ataques y acusó al Gobierno ucraniano de ser el perpetrador. Milicias rusas pro-ucranianas se adjudicaron la ofensiva que incluye incursiones terrestres, supuestamente en curso.