El fiscal especial Robert Hur ha llevado a Joe Biden al cielo y al infierno con un sólo golpe de 345 páginas, las que tiene su informe sobre los documentos clasificados que el presidente de Estados Unidos retuvo cuando aún era número dos de Barack Obama. Por un lado, le ha dado la paz judicial al entender que no prosperan los cargos penales en su contra. Por otro, lo ha agraviado profundamente al poner en tela de juicio su capacidad mental. No lo imputará por ser un «anciano con mala memoria».