Islandia se encuentra ante uno de los retos más ambiciosos de su historia. Por si no fuera suficiente el hecho de convivir con temblores terrestres y erupciones volcánicas cada cierto tiempo, ahora se quiere sumergir en un proyecto pionero en el mundo y que podría suponer un antes y un después para millones de personas en todo el mundo que viven en islas volcánicas.