Élisabeth Borne ha presentado su dimisión como primera ministra francesa, como ha anunciado el Elíseo. Un movimiento que abre una nueva crisis de gobierno en un momento difícil para Emmanuel Macron. De hecho, se considera que la salida de la primera mujer en ocupar el cargo en tres décadas es un intento de Macron de superar la última de un largo listado de crisis y críticas al Ejecutivo que encabeza.