Los egipcios votan este domingo en unas elecciones presidenciales ensombrecidas por la guerra en la vecina Gaza y con pocas dudas de que el actual gobernante, Abdel Fatah al Sisi, logrará un tercer mandato, pese al descontento por una aguda crisis económica. La represión de la última década a los disidentes dejó fuera de competición a los opositores más conocidos, lo que prácticamente asegura la reelección de Sisi.