La vida ha demostrado a Asia Al-Mashreqi que es la única dueña de sus sueños. Nació hace 46 años, en el seno de una familia humilde en Noqum, a las afueras de Saná, la capital de Yemen. En el único país republicano de la península arábiga, ser mujer es un desafío. El primer obstáculo llegó cuando quiso continuar su educación más allá del noveno grado, después a los 12 años tuvo que luchar contra la tuberculosis, pero consiguió hacer bachillerato y convertirse en la primera mujer universitaria de su familia. No se escapó de la presión de un matrimonio precoz con un primo y aun así se dejó la piel para ser maestra o para poder conducir.