La pesadilla de Farah empezó con un sms que recibió el pasado mes de febrero. Anunciaba la apertura de un caso judicial en su contra por supuestamente violar la ley que obliga a las mujeres a cubrirse con un velo en los espacios públicos en Irán. «Dudé sobre si debía ir a comisaría o no. Tenía mucho miedo y tampoco recordaba haber sido avisada en la calle por la policía», explica Farah, que usa un pseudónimo para evitar represalias de las autoridades iraníes. Oriunda de Teherán, la joven de 30 años fue avi