China celebra este mes el décimo aniversario de la iniciativa Nuevas Rutas de la Seda (BRI, por sus siglas en inglés), con la que Pekín ha invertido millones de dólares en proyectos de infraestructura en Asia, Oriente Medio, Europa y África, en una estrategia geopolítica del presidente Xi Jinping. Pero con este dispositivo, China ha sido acusada de sumir a países con pocos recursos en deudas colosales, ofreciéndoles préstamos prohibitivos.