Las ramas de Al Qaeda y de Estado Islámico que operan en Malí han visto reforzada su posición tras la retirada de las tropas francesas de la operación Barkhane y están aprovechando también el vacío que dejará la ONU, que ya ha comenzado a desmantelar su misión en el país y deberá haber completado antes de final de año, según advierten los expertos.