Muchos italianos recurrieron a las redes sociales para expresar su malestar y argumentan que no hay un tiempo definido para un acto de acoso.
El caso involucra a una estudiante de 17 años de una escuela secundaria de Roma. Ella contó que mientras subía unas escaleras en dirección a una clase con una amiga, sintió que se le caían los pantalones, una mano le tocaba los glúteos y le agarraba la ropa interior