Un exempleado de OceanGate Expeditions envió hace años un correo electrónico a otro exasociado de la empresa con preocupaciones sobre las posibles fallas del sumergible Titán y una ominosa advertencia sobre su CEO, quien murió el mes pasado junto a otras cuatro personas cuando la embarcación implosionó en una inmersión en el Atlántico Norte, según The New Yorker.