Lejos de los grandes polos gastronómicos porteños, la fila que de martes a domingo, entre las 19 y las 20, nace de la esquina de Honorio Pueyrredón y Luis Viale se ha convertido en una postal del barrio. Una postal que el año pasado cumplió 35 años. Prácticamente desde su apertura, en noviembre de 1989, la parrilla Don Zoilo trabaja mediodía y noche a salón lleno, y como resabio de la época en que funcionaba sin reserva, aun hoy se acerca gente con la ilusión de lograr sentarse en las pocas mesas destinadas a quienes no han acordado cita.