La milanesa es un asunto serio. Serísimo. Una especialidad transversal, hija de los inmigrantes italianos, que transmutó en emocionante sabor, cotidiano y hogareño, para la gran mayoría de los argentinos. No existe colectividad, edad, identidad sexual, religión, condición física y mental, nivel de ingresos y de formación que no la valore y respete. Cada familia tiene su receta. Desde ya la mejor de todas. Única. Inimitable. Cada paladar se identifica con el legado del gusto impreso por madres y abuelas. ¿D
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‘ En San Telmo, catorce variantes suculentas de milanesas: de bondiola, de peceto, con tortilla de papa y más para comer al paso