El hombre con más probabilidades de sustituir a Olaf Scholz como canciller de Alemania tras la caída del gobierno de coalición el lunes, ganó su fortuna trabajando en el sector privado antes de volver a la política a los 63 años. Ese historial empresarial podría resultar alentador para muchos alemanes, ya que las turbulencias políticas que asolan a una de las economías más poderosas de Europa han sido causadas, en parte, por el estancamiento de la economía del país.