Taylor Swift cantó, bailó, bebió y sufrió hasta el último segundo en el palco de Las Vegas hasta festejar en el campo con su pareja Travis Kelce la victoria de los Kansas City Chiefs en el Super Bowl del domingo. La cantante, un fenómeno que sobrepasa las fronteras de la música, fue también protagonista del mayor espectáculo del deporte estadounidense, en el que los Chiefs revalidaron su condición de campeones de la NFL al vencer 25-22 a los San Francisco 49ers en una taquicárdica prórroga.