Su apodo no es en vano. El Departamento de Justicia de Estados Unidos señala que, para 1984, ella era la cabeza de una numerosa y violenta organización en Miami: «Le encantaba el poder que le daba ser matriarca de una ‘familia’ de la cocaína, y modeló su organización a partir de la familia mafiosa retratada en la película ‘El Padrino’». Su fijación era tal, que incluso uno de sus cuatro hijos se llama Michael Corleone.