ARRIBA EN EL ACONCAGUA, la montaña más alta del hemisferio occidental, el reducido glaciar de los Polacos escupe lo que devoró en el pasado: en este caso, una cámara Nikomat de 35 milímetros de hace 50 años. Dos porteadores, que se preparaban para una próxima expedición, estaban instalando cuerdas en medio del aire enrarecido y árido de un claro día de febrero. Era pleno verano en Sudamérica. Y la cámara brillaba bajo el sol, atreviéndose a llamar la atención. Los lentes estaban destrozados. En la parte superior, un dial mostraba que se habían tomado 24 fotografías.
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‘ Fantasmas en un glaciar del Aconcagua – The New York Times