Lance Armstrong fue protagonista de uno de los mayores escándalos en la historia del deporte, tras haber ganado el Tour de Francia de ciclismo en múltiples ocasiones. El estadounidense, tras una larga investigación, fue acusado de dopaje sistemático durante su primer en la prueba ciclista más importante del planeta, en una caída tremenda de una leyenda universal que pasó de ser un ejemplo a un villano casi sin igual.