Era el tercer partido de Alcaraz en la central del All England Club y el segundo consecutivo en otros tantos días. Sin descanso, al igual que Jarry, por la acumulación de retraso en el programa por culpa de la lluvia.
El mal tiempo sólo dio una tregua el viernes y hoy volvió a condicionar la acción. La catedral del tenis cerró el techo. Los saques del gigante Jarry, de 1,98 metros, parecían una mayor amenaza en ese nuevo hábitat. Sumaba 44 aces en dos partidos en Wimbledon.