Habían pasado 260 días desde el último partido de Carlos Alcaraz en un torneo del ‘Grand Slam’. Fue en la final del US Open, que ganó a Casper Ruud y que le permitió convertirse un día después en el número uno más precoz de la historia.
Esta vez delante no estaba Ruud sino el italiano Flavio Cobolli, un desconocido para el público pero no para el español. Se habían medido una vez, hace tres años, en la previa del challenger de Todi.