Son los riesgo del oficio que, entre otras cosas, consiste en extraer el veneno de las temibles criaturas marinas para salvar vidas, explica este toxicólogo de la Universidad James Cook de Australia. Decenas de medusas irukandji, algunas del tamaño de una semilla de sésamo, flotan en unos tanques de agua en un laboratorio de esta universidad en el estado de Queensland. En otro tanque hay uno de los peces más venenosos del mundo: el pez piedra y su mortífera espina dorsal. El veneno de este pez puede matar…
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‘ La peligrosa fauna marina de Australia, fuente de valiosos antídotos para humanos