A través de un análisis de dientes fosilizados de megalodón, científicos han descubierto que el tiburón extinto era parcialmente de sangre caliente, con una temperatura corporal de alrededor de 7 grados centígrados más cálida que la temperatura estimada del agua de mar en ese momento, según un estudio publicado la semana pasada en la revista Proceedings de the National Academy de Sciences.