Hasta ahora, el gobierno le había asignado “urgencia simple” a la reforma previsional en su tramitación en el Senado. Técnicamente, este tipo de urgencia tiene por finalidad el despacho de un proyecto en el plazo de 30 días, aunque en términos prácticos ese plazo se suele extender, muchas veces fruto de que el Ejecutivo se compromete con los parlamentarios a seguir renovando dicha urgencia una vez que venza. Pro ahora en cambio, le puso “suma urgencia” a la iniciativa, lo que desde el punto de vista técnico…