Por un lado, celebra la idea de un partido único al interior del Frente Amplio e incluso cree necesario hacer lo mismo en la centroizquierda. Por otro, explica sus polémicos dichos sobre los «monos peludos» en mayo pasado. Se arrepiente de la forma, pero no del fondo. También plantea cómo salvar el proceso constitucional: «Hay que mejorar el texto para que ojalá todos lo apoyen y nadie se trague ningún sapo, sí, pero hay que tratar de instalar un clima favorable a este proceso» en la ciudadanía.