El abogado Daniel Stingo admitió que tras su paso por la Convención su poder adquisitivo cambió: Ahora vive en un departamento que califica como “chiquitín” y ya no tiene lujos como, por ejemplo, una persona paseadora para su perro. “¿La habré cagado?”, se preguntó. “Esto fue como inmolarse solo, ¿podís’ decir que de huevón? (sic). Sí, podría ser”, sostuvo.