Golpes, puñaladas, insultos racistas y hasta objetos sorprendentes, como una lanza, se encuentran dentro de lo que algunos guardias tienen que enfrentar en su trabajo. Puede parecer ilógico, pero un guardia de seguridad, a veces, es el que menos seguridad tiene en un centro comercial. Así lo demuestra la gran cantidad de registros de agresiones y peleas en las que los agresores, que se hacen pasar por clientes para robar, atacan al personal de seguridad. La Ley de Seguridad Privada vendría a combatir esto.