Los montos percibidos por la agencia estatal, en virtud de los contratos de arrendamiento, se vieron afectados por la disminución en el precio del oro blanco. La baja se explica por SQM, cuyos aportes retrocedieron en 43% durante el ejercicio pasado. Por su parte, la otra firma que opera el salar, la norteamericana Albemarle, aumentó sus pagos en casi 30%.