En la industria pesquera hay una fisonomía distinta que hace 10 años. Hay actores que se han salido del negocio y algunos, como el grupo Angelini, que sin dejar la pesca se han diversificado a otros alimentos. Los que siguen, no esconden su molestia por la iniciativa que -afirman- les quita derechos que creían a firme hasta 2033 y renovables. Incluso hay compañías que los tienen como activos valorizados en sus estados financieros. En el Gobierno descartan que la iniciativa sea expropiatoria y que haya incidido la reunión sin ley del lobby sostenida a instancias de Pablo Zalaquett con representantes de la industria. “Lo que estamos haciendo es reconocer quién pesca los peces (…) No hay un espíritu de vendetta”, dicen.