¿Quién no ha escuchado —o en el peor de los casos dicho— la frase: “Ay, no, soy mala/o con los números (o sea, las finanzas)”? Que el tema del dinero surja en las conversaciones es algo bastante común, especialmente con los precios de las cosas por las nubes. Allí, en ese momento de total libertad, es cuando muchas mujeres admiten, a veces en tono de broma y a veces en serio, que no saben tanto de finanzas como les gustaría. ¿Es tu caso?