El grupo controlado por la familia Calderón, al igual que el resto del retail, ha visto su negocio impactado, con una contracción de las ventas, un aumento del riesgo crediticio y, por consiguiente, un alza en la morosidad del segmento financiero. Todo este coctel ha provocado un entorno de muy bajos resultados y la necesidad de aplicar diversas acciones este año.